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| Escena de La metamorfosis de los pájaros (2020) | 
Acabo de ver La metamorfosis de los pájaros(2020). Aún con nostalgia en el cuerpo sintiendo que la vida es un suspiro y que esta puede planearse pero no mucho. También Aquí un amigo(2024), una exageración de la realidad en la que vivimos repleta de personas idénticas: operaciones, filtros, modos de vida que parecen todas la misma (viajar, consumir, posar)... siguiendo un mismo patrón basado en lo que se lleva, en lo contemporáneo.
Lo pausado, lo lento, lo sensible también necesita su lugar en un mundo repleto de ruido.
Llevo unas tres semanas en las que no tolero la bulla de las pantallas. Suenan reels con personas diciendo tonterías, simulando que hablan con sus parejas de manera melosa, todo ficticio y forzado para ganar visualizaciones y seguidores... no entiendo por qué se paran a ver ese contenido basura. ¿Tan - solos - estamos? ¿Tanto como para preferir estar pegados a un móvil durante una comida familiar? O a la noche... sabiendo que la madre morirá, que la pareja quizá también porque puede ser hoy. ¿Y qué habremos cosechado? Si nos cuesta estar presentes, si nos cuesta prestar atención a la vida, escuchar al abuelo, observar sin agachar la cabeza huyendo del cielo en otros mundos que nos aislan del único que tenemos.
Ver una película lenta se hace pesado, he sufrido en parte, sobre todo al final de La metamorfosis de los pájaros, y lo vivo como una tragedia, como una prueba de que estoy intoxicada por la prisa. ¿La prisa de qué? Veo vídeos subidos a internet hace unos 4 o 5 años y siento que son lentos, que es necesario volver a hacer ese contenido adaptado al hoy. Pero luego pienso que no, que somos nosotros los que debemos bajar revoluciones.
Mientras escribo esto podría estar dando abrazos.
Ojalá hayan más oportunidades.
El mundo se siente inestable -aunque nunca ha estado calmo- y quizá esa sea su naturaleza.

 

