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Georgia O'Keeffe reune material para uno de sus cuadros cargando a casa una cabeza y un esqueleto de vaca.
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Querida Matilda,
Ha pasado el tiempo y ya casi ni te echo de menos, pero aquí sigues.
A ti que tanto te gustaban mis creaciones ¿Sabes tú que los textos más honestos los he escrito desde la rabia? He necesitado -y necesito- inventar personajes para sentir que puedo expresarme sin resultar loco, soez, quejica o agresivo. Es una manera de que nadie pueda darse por aludidx. Liberarme de esa carga, sabes ¿no? Y poder soltar todo desde ahí.
También sabrás, Matilda, que uno mantiene en su vida lo que quiere. Si es el miedo, el miedo. Si es al ex-follamigo, al ex-follamigo. Quizá detrás de la mayoría de cosas siga estando el miedo. El mantener a alguien en tu vida y darle tiempo no porque amas su compañía sino por miedo a tu soledad. Por miedo a poner sanos límites. Pero una cosa es cierta, no te olvides, lo que alimentas es lo que crece. Si nutres lo que apenas te alegra el alma, si das de ti a personas que te resultan "indiferentes"... Si repartes de ti toda esa energía ¿Qué queda para las personas que de verdad adoras?
Mira, me dolió ir a verte a Francia. Iba para verte a ti y terminé pasando tiempo con todos, menos contigo. Ni doce horas juntos y despiertos, -a solas-. Así normal que me sintieras como un amigo "con privilegios" y nada más. No me estabas dando espacio para la intimidad. Y lo siguiente que te diré, me dolió mucho más:
que te pasaras esos días acordándote y escribiéndole al mamarracho ese flacucho que te lame el culo desde hace años. No seré yo, querida, el que te explique quiénes son tus amigos y quiénes no. Será la vida, (con suerte o sin ella). Que alguien te busque y quiera saber de ti no quiere decir que sea "tu amigx". Hay personas que querrán de ti con otros intereses (románticos, sexuales, laborales...). Ese mamarracho había estado en tu casa, con tu madre, cenando. Y te folló en la cama dónde follamos. Y te dijo que te amaba. "Joder, debes estar ciega, tía" pensaba. Ciega o muy confusa, o muy sola. Y me dio pena por esto, por ver que no sabes quién cojones son tus "personas pilar", tus síes. Te mezclas con cualquiera, regalas de ti a personas que ni admiras, ni quieres y que al igual que ese sinvergüenza, se han reido de ti de lo lindo en algún momento. Y cómo no me va a dar rabia, Matilda, el haber cruzado el océano para verte unos pocos días y que tú estuvieras lado a lado de mí, pero tan lejos... tirándole wassaps a ese desgraciado. Me pareció de mal gusto. Yo no cogí el móvil en el poco tiempo que podía pasar contigo. Hasta que me harté y lo mandé todo a la mierda, y te di por perdida. ¿Cómo querías que me quedara así? Dirás que estoy siendo exagerado... Quizá. Pero eso no cambia el enorme rechazo que siento hacia ti por no discriminar a quién le das tu tiempo. Por no amarte lo suficiente como para priorizar y cuidar in situ a las personas que han estado ahí desinteresadamente. Y que te han respetado siempre. No como ese imbécil. Lo que pude ver en ti es que tú también eres una imbécil, y vives del interés. Eso me decepcionó profundamente. Aunque no era la primera vez que me decepcionabas, y lo sabes. Decidí olvidar que tú eras como él. Ibas a casa de la sinvergüenza aquella que dice ser tu "amiga" para que te ayudara con las cuentas de la empresa, solo por eso, porque en verdá no querías verle el hocico. Estuvo feo lo que te hizo hace daños y años. No lo escribiré, me lo ahorraré porque sé que te pone histérica que alguien te diga verdades como esa. Y ya te he dicho bastantes. Me pregunto si lo que te sucede es... que te odias a ti misma cuando alguien te recrimina algo que es cierto. Eso explicaría que no quisieras escuchar y te taparas los oídos como una cría de cinco años. Mi conclusión fue esa, preciosa de mi corazón, eres una niña a la que aún le queda mucho por madurar. Y sé que leerás esto y pensarás "pero qué sé cree esté hijoeputa", "con to' lo que me he trabajao' yo a mí misma, me va a decí lo que yo soy o no". Hay cosas que no te enseñan los libros, ni los cursos de "autoconocimiento". Solo el darte de hostias. Ya entenderás... algún día (con suerte o sin ella).
El caso es que la vida sigue. Que a veces me acuerdo de ti y te desprecio por ser como eres, y otras te pienso con ternura. Ambas cosas se dan en mí. Por eso te escribo. No con la esperanza de que me leas ni de que cambies, sino de que quizá así se exorcise todo lo que siento por ti, bueno, malo, morboso.
Ya te he dicho mucho. Pásalo bien con el flacucho mamarracho. Recuerda pedirle ayuda a esos que llamas "amigxs" cuando estés otra vez en el pozo oscuro, a ver si algunx te tiende la mano. A mí ni me llames.
Recuerdos cariñosos -y no tanto-,
de tu pintor extraviado.
