Not all those who wander are lost. Picture by Santosh Pathak |
Un niño confuso y perdido
está buscando una mano a la que sujetarse
dicen que la suya se ha ido
o que él la soltó al despistarse
Las caras que encuentra son extrañas, fugaces
pasajeras de distintos lugares y nombres
son la misma escurridiza madre
Sembró dudas y le hizo tambalear verdades
Pero los niños son niños,
puros, inocentes, despreocupados
y buscan un lugar dónde ocultarse
Ha olvidado dónde se escondió
la razón, el motivo
cómo de ahí se sale
La oscuridad no deja ver
que a su lado hay alguien
Patelea, se enfada más, chilla
sin ver que daña a su sombra
que raja la mirada de otro
por estar distante
Tengo ojos aunque no puedas verlo
tengo alma
aunque solo veas infierno
y me temas como al Cancerbero
Yo no soy él
ni esta oscuridad de puertas tapiadas
y olor a viejo
¿De qué huyes, niño?
¿Es el miedo?
¿Es el miedo?
¿A qué?
¿A mí?
¿A la vida?
¿A la muerte de una parte de ti?
Pero cuentan que el niño no podía oír
Ni hablar
tan solo para decir:
¿Mi madre? ¿Dónde está?
¿Mamá?, ¿Mamá?
Y así pasan los siglos, dejando la vida pasar
Y cuando el niño se atreve a salir de la cueva
ya no es un niño jamás
No la vuelve a reclamar
O es un viejo
que sigue gritando
¿Mamá?¿Mamá?