-

-

lunes, 31 de marzo de 2014

Eres como un whisky un lunes a las 9 de la mañana, hay que estar muy mal para recurrir a ti.

Yellow Beast.

Estrenó su juventud acompañada de sus penas y del sabor amargo en el que se torna una botella de Jack Daniel's cuando la bebes a solas.
Como no pudo ser menos, le supo a triste desesperación nocturna que pide a gritos cariño. Pero no cualquier cariño, sino el que ya alguna vez anteriormente la celaba, aquel que bebiera o se mantuviera ebrio, sabía hacerla volar desde Oklahoma a Arkansas.

Ahora, después de tanto frenesí, tan sólo quedaba ella, lamentándose bajo la misma luz tenue que había acompañado a todas esas escenas desenfrenadas. Esas que echaba de menos, pero también las mismas que se alegraba de no seguir compartiéndo con la Bestia Amarilla.
Sí, Bestia Amarilla, porque con él pasaba lo que pasa cuando te pica una avispa; ella se va, pero el aguijón se queda. Y créeme, tampoco merece la pena que la avispa se quede, pero claro, el dolor no te lo quita ningún ajo. Y eso ella lo sabia mejor que nadie.

 A esas horas de la noche y con vaso en mano, tan solo prefiere denominarse "pensadora", pues piensa sobre todos esos buenos ratos que hoy la torturan, haciéndole estos preguntarse si mereció la pena decantarse por un amor de vivir dulcemente unos años, por pagar la cuenta viviendo una vida agria el resto de sus días.
Y vuelve a acercar el vaso a sus labios para tragar un poco más de esa triste desesperación nocturna, pero con cuidado de no atragantarse con tanto recuerdo.


martes, 25 de marzo de 2014

Primavera.


Se despertó entre grises y nubosos sueños (una vez más). Estaba harta de eso, de soñarle, de verlo en todas partes. Y se dio cuenta de que ya no quedaban razones que la obligaran a seguir lamentándose, ni nada por lo que seguir sintiéndo ese frío cada noche, ya no.
Encendió la radio, se tomó el café de las 9:00 a.m. y lo disfrutó viendo las vistas que la acompañaban cada mañana, mientras tan solo se dedicaba a sentir la música.

Después de la tormenta llega la calma, y todo comienzo tiene un final, y todo final, un fin, y ahora sabía, que el momento de encontrarlo había llegado y que el final de todos sus desvelos y pesadillas ya se había iniciado. Sin dudas, sin miradas al pasado, solo centrándose en ese presente, ahora despejado.

viernes, 21 de marzo de 2014

Do it.


Ríos de tinta transparente.

Si eres de esos que piensa que quien se va lo hace sin que sienta que la cama se le queda grande, te equivocas.

Puede un ser medianamente listo agotar la estupidez que le produce el amor al no ganar intentando luchar por una causa perdida.
Y entonces, hay que entender que se decida no dedicar más hojas a una historia que quizás se empezó sin querer ponerle nunca un final, como una novela que quedase incompleta al partir de este mundo, pero que no por ello necesitase de más palabras para definir mejor el amar.

Qué ilusos podemos llegar a ser algunos, ¿verdad?

No por gastar tinta y tiempo en adelantar ese final, lo ya escrito anteriormente se va a borrar. Y si se quema, aunque se haga cenizas negras, sigue ardiendo su recuerdo.
Hasta la más mínima palabra escrita puede seguir latente en aquellos que de verdad sienten.

Y no, no se trata de querer mucho o poco a alguien, sino de valorarte a ti mismo, de comprender hasta donde puedes llegar, hasta que punto puedes o no puedes aguantar una situación. Y dejar de poner puntos suspensivos donde va punto y final.

Es así, a veces alguien que ama toma el mango de la puerta y se larga. Pero amigos, peor es quien viendo que esté esta dispuesto a coger las llaves para emprender camino lejos; se queda sentado, relajado, leyendo el periódico. Demostrando así, que por querer, lo único que quiere, es ignorar esa situación, mientras que sólo hace el esfuerzo de perseguir las frases de las noticias con sus ojos, sorbo de café en labios. Alimentandose de una soberbia dura de asimilar para el que se va. Entonces, comprende que quien se largue, lo haga aún con más ganas, sabiendo que ni merece la pena dar media vuelta por quedarse con quien no se levanta ni para despedirse educadamente.

Y como dice Paulo Coelho "a veces se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias". Y te vas, no porque no le quieras, sino porque ya no puedes aguantar más esa clase de amor potencialmente, destructivo.

Que hay quien dio todo por nada, y que antes de amar a la nada, por encima de todo, hay que amarse a uno mismo.




lunes, 17 de marzo de 2014

Hagamos como que esto nunca ha pasado.

A veces es más fácil decir que tenías una venda a admitir que ni tus propios ojos eran capaces de ver lo que tenían delante con claridad. Y es que dicen que el amor es ciego,  pero nunca nadie cuenta hasta que punto.

Ella nunca imaginó, que si tenía que pasarle a alguien, fuera a ella. Y es algo curioso, porque tontamente todos pensamos así, hasta que nos pasa.

Quizá le paso porque era demasiado inocente o porque no sabía ni la mitad de lo que después llegó a saber. El caso es, que sintió algo por quien no merecía de ella el más mínimo interés. Primeramente, ese algo fue todo, un todo que con el tiempo fue decayendo hasta rozar la nada y frenar en la lastima (por no poder caer más bajo). Admite aún así, con mirada de "como he podido ser tan tonta" que antes de sentirla y de conocer lo que desconocía del ser que había tenido delante de ella tanto tiempo, llegó a mantenerle el cariño, cual oveja que exculpa al lobo de que quiera comérsela pensando que lo que tiene ante sí no es lobo, sino cordero.

Pero ese cariño (por suerte) se disipó cuando sin querer se topó con la cruda realidad, la que dejaba bien claro con quien había estado y lo estúpida que había sido. Y se le cayó hasta esa venda que por él había mantenido sujetada de lamentos.

Cierto es, que una parte de ella se alegró de dejar de sentir esa carga sobre sus hombros, pero por otra parte, prefería que en su interior viviera una sección dedicada a mirarle desde la pena, antes que arriesgarse a sentir que ya no sentía nada, por nadie. Al menos había quedado claro así, que uno de los dos no era un psicópata.
Y hoy en día se dice a sí misma:
Alegrate cariño, ¡de lo que te has librado! 
...y hagamos como que esto nunca ha pasado.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Agridulce.

Y que triste es cuando dos que se han querido, se reencuentran por el camino de la vida y pasean por él sin si quiera dirigirse una mirada. Como esos desconocidos que aunque alguna vez se llegaron a conocer demasiado bien, ahora juegan a desconocerse como los que más.
Esos ojos que ahora se evitan, antes se quedaban horas y horas parados, tan solo admirándose.
Y esos labios que permanecen callados, tratan de disimular que aún recuerdan que alguna vez se saborearon.

No te creerían si les contaras de que algo tan aparentemente puro pudiera terminar tan putrefacto. Pero tampoco haría falta hacerlo si vieran, que entre esos ojos que se huyen, se encuentra al menos una cara, que sin decir nada, lo dice todo. Es el reflejo vivo de un  "¿como hemos podido llegar a esto?" que aunque se disfrace de indiferencia, sin querer se muestra cuando le mira, haciéndolo como quien sabe que el sujeto de su antención no se percata de que lo hace.
Y suspira.



martes, 11 de marzo de 2014

Lo bueno de estar sola es no tener que esperar nunca nada. De nadie.


Eran unos ojos de tigre que arañaban todo intento de no acercarte a él, y una sonrisa que a cualquiera podría despistar con facilidad. Y que esperar del resto de su cuerpo, todo un James Dean del siglo XXI, con cigarrillo en mano y mirada perdida. La misma mirada perdida que hacia que te encontraras con una parte de ti con la que nunca pensaste que te encontrarías. Era aquel paquete que nunca te cansabas de abrir, a pesar de saber de antemano que en su interior no habría nada. 
Inevitable era que pasara, pero más inevitable que tarde o temprano dejara de pasar, pues con el tiempo aprendes que de poco vale que te regalen una caja bonita, si por dentro está vacía.

Y que la perfección se reduce a nada, en aquellos que no saben querer como si todo.

viernes, 7 de marzo de 2014

(voz en off)


A veces estás en un sitio, pero tu cabeza, tus recuerdos tus emociones, esas, esas están en otro. Otro lugar, otro momento, otras personas que jamás volverán. Un instante que no regresará, que vivirá en tu cabeza hasta que creas haberlo olvidado y que morirá cuando caigas tú y todo aquel que lo haya vivido contigo.

Y es en esos momentos en los que sientes que tu mente no está dónde tiene que estar, cuando más desearías no estarlo realmente, que si de ser posible pudieras adentrarte en ella y revivir una escena ya vivida como si volviera a ser verdadera.
Unos lo llamarían perder el tiempo y desaprovechar la vida, otros lo llamaríamos perfección.

Si algo es cierto, es que tampoco podemos vivir en el pasado, anclados a la nada, esa que ahora solo es visible para quien la haya vivido. La misma que podría cegarnos hasta no dejarnos ver las nuevas oportunidades que se nos presenten en el aquí y ahora. De esas de salir ahí afuera y crear otras buenas escenas sin planear si quiera el hacerlo, solo dejándote llevar.

Y aún siendo conscientes de todo esto, a veces preferimos vivir haciéndolo en los recuerdos. Atrapados en ellos. Buscándolos por las calles. Visitando los lugares dónde alguna vez estuvimos creándolos cuando nuestra situación y hasta nuestra propia persona, eran otra.  Tanto, que resultaría cualquier desconocido si se nos presentara ahora.

Y es así, solo se apetece pararte allí, recreando en ello lo que nadie más puede, todos esos momentos que no hace tanto fueron algo más que un simple recuerdo y sabiéndo así una de las muchas historias que los demás ignoran y que allí se dieron. Porque todo lugar que se precie (o no), guarda muchas de esas, la mayoría triste y unicamente conocidas por sus protagonistas.

Sabemos que tarde o temprano se dejará de hacerlo y se volverá al carpe diem que ya nos acompañaba en aquellos tiempos, pero para estos días fríos, muchos elegimos pasearnos por esos espacios, dónde se detiene nuestra mente pensando que alguna vez pudimos sentir justo dónde nos encontramos, que el mundo se nos había parado.

Y te darás cuenta, si como yo te paras a reflexionarlo, que no merece la pena crear ese tipo de sonrisas con personas que un día no estarán a tu lado (por propia ignorancia) para rememorarlas.


jueves, 6 de marzo de 2014

«El problema de saber lo que buscas es ignorar en quién vas a encontrarlo»

Da igual, que no se molesten en intentarlo, que no saquen sus mejores dotes para conquistarte, ya sabes que eso es puro magnetismo ficticio que dura lo que dura un suspiro.
Y qué no traten de engañarte con artimañas ni engañarse a sí mismos, si está claro que todos lo sabemos según nos vemos.  Ya sabes, el si estarán en tu día a día o el si terminarán fuera de tu vida.

Que no te importe no liberar tus pasiones más desenfrenadas, aunque estas te pidan a gritos que se dejen llevar por el vicio. No, no lo harás porque aunque quieras hacerlo con todas tus fuerzas, sabes que ese tipo de persona no podrá hacértelo como deseas, como te gusta //buen climax de locura//.

¿Dónde queda la magia del que te vean y sepan que van a quererte hasta que te quedes sin dientes?, o quizá más aún.
No seas como ellos que ya no creen en eso, que se conforman con lo primero que pasa aunque sepan que eso no sea lo que esperaban.
Es mejor pasarse la vida aguardando por alguien que valga la pena, porque al menos te asegurarás así de que todo ese tiempo que  hayas estado solo, haya merecido la espera.
nada real, nadie leal 

lunes, 3 de marzo de 2014

Cold days.

Normalmente lo hace sobre la misma hora, minuto arriba, minuto abajo,  y ya hasta asocia pasar por allí una vez en semana con verla. Siempre ubicada en la mesa de la pared. Solitaria. Junto a la vidriera de cristal, esa que le permite verla desde fuera con su café.
Inevitable se le hace al mover sus piernas por la acera el pensar si está ahí sola porque está esperando por alguien, o si por el contrario lo está por haberse cansado de esperar.
Qué si por preferir, quizás prefiera la soledad.
Y sigue en su paso cotidiano, no planeando acercarse nunca a preguntarle pero sí siendo consciente de que si por un casual un día deja de verla, la pregunta de que habrá sido de ella, le rondará la cabeza aunque así no lo quisiera.

Yo no soy esa,

  Artist: Brett Allen Johnson Yo no soy esa. Bueno, sí sigo siendo Pero sin ser. No sé si me explico; Soy y no soy Sigo y no sigo siendo es...