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jueves, 31 de diciembre de 2015

El corazón es un órgano frágil con el que tenemos poco tacto.


Ahora, que ya estuvo quien parecía y no era, ni será
lo que pretendía aparentar.
Quien fue "no" desde la primera mirada
pero a quien tampoco se pudo ignorar.
La persona que vino para marcharse
y la que volvió para irse.
El pero no constante.
Lo que nunca fue porque la distancia asustaba,
y lo que al final se luchó por que fuera,
pero se quedó a medio camino entre las ganas y el vacío.
Quien parecía eternidad y tan sólo fue segundos.
La locura, el placer pasajero, la sonrisa tonta,
la decepción y todas esas mierdas.
Ahora, que está tan claro,
que al final de todo estas tú dándote cuenta
de que solo quieres un compañero/a de aventuras
con quien escucharse mutuamente los pasos cada día.
Solo eso.

Esperar menos, vivir más.

¿Dónde vamos a bailar esta noche? 
Esperamos por un nuevo año.
El lunes volveremos a esperar
a que llegue el viernes.
Da igual qué lunes, da igual qué viernes,
da igual que año.
Esperamos a cumplir la edad
que nos es necesaria para saber
que la vida no va de esperar.
Y cuando la tenemos, seguimos esperando.
Esperamos a ese día en el que por fin tengamos la valentía
de hacer lo que en silencio nos apasiona.
Sin hacer nada para que llegue, sin desvestirnos los miedos
para que suceda.
Esperamos a que pase la tormenta para estar alegres.
Esperamos a que llegue alguien y lo cambie todo.
Los trenes, las personas, las oportunidades van pasando.
Se van, y nosotros, seguimos esperando.
Como si todo nos fuera a llegar regalado,
por el mero hecho de aguardarlo.
Así que esperamos a que suceda, a que vuelva a salir el sol
en un día distinto a este,
a que cambien las cosas y se apague el 31 de diciembre.
Esperamos, y no nos damos cuenta de que mientras lo hacemos
se va lo único que realmente tenemos, se va el hoy
se va la vida.
A este 2016, no lo dejéis escapar.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Deseos enlatados.


 Painting by Geoffrey Johnson 
 A veces me acaricia el deseo 
de volver a los lugares
dónde alguna vez fui
eternamente feliz.
Eso, a pesar de saber, que de estar allí,
no me toparía con las mismas situaciones
que alguna vez erizaron mi piel. 
Pero daría lo que fuera por besar de nuevo
aquellas brisas. 
Observar cada uno de los rincones 
dónde sonreí hasta doler.
Reencontrarme con la parte de mí
que se quedo ahí.



domingo, 6 de diciembre de 2015

El siglo XXI nació huérfano, porque murió Cupido.

Y más allá:
Vía pinterest
Ese es el problema, nos atrevemos a decir que amamos a alguien cuando en realidad tan sólo le queremos. Y querer se quiere como el niño quiere la piruleta en la cola del super, de la forma en la que llora y patalea por conseguirla. Como cuando la madre sucumbe a los deseos del crío y a la media hora el caramelo está tirado en alguna parte de la trasera del coche, olvidado y embadurnado en basura.
Queremos recelosos e indefensos, como personitas de 4 años que no son capaces de reprimir sus emociones internas. Qué no están seguros de saber lo que desean. Olvidaron enseñarnos las materias del corazón, y así estamos. Desconocedores del verbo amar que tratan de practicarlo equivocamente. Que no saben del cariño desinteresado, ni de la libertad de amar sin jaulas. Dónde encerradas mueren respeto, lealtad, y la verdadera confianza que no se sujeta de explicaciones.
Pero no nos confundamos. El amor no está hecho para los que piensan que tan sólo hay que amar a una persona. Esos se conforman con un refugio carceloso. Cuando uno ama de verdad, ama al universo y a todo lo que hay en él.
Y por ello tan poco amor y tanto querer. Y tantas guerras, de tantos tipos.

Yo no soy esa,

  Artist: Brett Allen Johnson Yo no soy esa. Bueno, sí sigo siendo Pero sin ser. No sé si me explico; Soy y no soy Sigo y no sigo siendo es...