Fotografía por Stanley Kubrick, 1946 |
Darling, hay que acabar con este sentimiento
de culpa y desazón que no me deja ser.
En las tardes en las que se manifiesta y en las madrugadas
que se hacen medias mañanas
en las que aún trato de deshacerme de él.
Luego no se va, aunque lo aparente
y ya pueda levantarme y actuar como si nada.
Pero nada se convierte en todo cuando es vacío.
Necesito desprenderme de él, como de ti.
Del pasado que no te perdonas y de las personas
que no han dejado de doler.
No se puede querer a todo el mundo por igual.
Y yo te quiero,
pero a mí lado, otra vez, jamás.
Dear, ambas sabemos, nunca ha sido fácil
decirse adiós a uno mismo,
cuando se trata de reinventarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario