 |
Not all those who wander are lost. Picture by Santosh Pathak |
Un niño confuso y perdido
está buscando una mano a la que sujetarse
dicen que la suya se ha ido
o que él la soltó al despistarse
Las caras que encuentra son extrañas, fugaces
pasajeras de distintos lugares y nombres
son la misma escurridiza madre
Sembró dudas y le hizo tambalear verdades
Pero los niños son niños,
puros, inocentes, despreocupados
y buscan un lugar dónde ocultarse
Ha olvidado dónde se escondió
la razón, el motivo
cómo de ahí se sale
La oscuridad no deja ver
que a su lado hay alguien
Patelea, se enfada más, chilla
sin ver que daña a su sombra
que raja la mirada de otro
por estar distante
Tengo ojos aunque no puedas verlo
tengo alma
aunque solo veas infierno
y me temas como al Cancerbero
Yo no soy él
ni esta oscuridad de puertas tapiadas
y olor a viejo
¿De qué huyes, niño?
¿Es el miedo?
¿Es el miedo?
¿A qué?
¿A mí?
¿A la vida?
¿A la muerte de una parte de ti?
Pero cuentan que el niño no podía oír
Ni hablar
tan solo para decir:
¿Mi madre? ¿Dónde está?
¿Mamá?, ¿Mamá?
Y así pasan los siglos, dejando la vida pasar
Y cuando el niño se atreve a salir de la cueva
ya no es un niño jamás
No la vuelve a reclamar
O es un viejo
que sigue gritando
¿Mamá?¿Mamá?
Cada vez que lo leo intento generar una nueva historia y la verdad que no resulta complejo hacerlo, aún con esto todo lleva al mismo mensaje: la madurez, al cambio, el crecimiento personal, "el darse cuenta" que lo llamaba un profesor bastante loco que tuve.
ResponderEliminarSupongo que será la interpretación evidente -al menos a mi me lo parece- ya que, aunque puedes generar distintas historias para justificar esto, todas mantienen el momento en el que tienes que abandonar al niño en ese rincón oscuro de tu interior, permitiéndole acompañarte pero sin tener conciencia de lo que sucede...
Pero incluso cuando pienso en cómo el niño reaparece y te preguntas si realmente es un niño o es un viejo, está claro que sigue siendo un niño, pero que ha vivido demasiado tiempo encerrado mientras otro movía esa máquina a la que llamamos cuerpo.
Paranoias mias quizás...
Aunque creo que es importante pensar en que quizás al niño se le puede acompañar o enseñar que, en ocasiones, puede salir de la cueva y volver a tomar los mandos, evitando con esto que permanezca en la oscuridad perdido y solo...
Puede que no sea la mejor interpretación pero el texto me ha gustado bastante, espero que sigas escribiendo.
Por cierto, me apunto este fragmento:
"Tengo ojos aunque no puedas verlo
tengo alma
aunque solo veas infierno
y me temas como al Cancerbero"
Un saludo,
ρb
Hola, querido lector
ResponderEliminarHa sido un placer leerte.
A veces cuando uno escribe no termina de estar seguro/a de como se reciben las palabras del otro lado, muchas gracias por compartir tu visión.
Estoy de acuerdo con eso de "que es importante pensar en que quizás al niño se le puede acompañar o enseñar que, en ocasiones, puede salir de la cueva y volver a tomar los mandos, evitando con esto que permanezca en la oscuridad perdido y solo...
Presiento que le daré vueltas a este asunto.
¡Muchas gracias por tu tiempo y tus palabras!
Saludos