Tu mirada me grita que no te olvide mientras tus palabras me piden distancia.
Mira, chico, el día de mañana es incierto. He aprendido a quererte como a un hermano.
Vendrás a buscarme con tu empeño de años, dándote cuenta al fin de la inmadurez que te hizo perder la oportunidad, y será tarde. Lo sabes, ya la has perdido. Pero habrán otras con otras féminas, no te preocupes que las habrán. Quizá no alberguen la misma alma soñadora que esta compatriota del cosmos lleva en sí, pero serán divertidas y complacientes y sabrán hacerte el amor sin que temas.
Auguro una noche tras el frenesí, con el cansancio de la madrugada aún en los ojos; tratarás de hablar de tus más íntimos secretos, quizá hasta desveles alguno, pero no tardarás en asustarte, pues no cualquiera está preparado para desentenderlo todo al tiempo que acepta la incompresión de la vida. Sabes de lo que te hablo. Puede que mañana estemos muertos y nada de esto importe. Tu me pides recuerdo y futuro. Una oportunidad que no nos pertenece porque seremos otros. Sólo te pido que silencies tu necesidad y tu ánimo por tenerme a la espera de un porvernir incierto. Hace tiempo asumí que tu encanto tan solo me lleva al arrepentimiento.
Junio, 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario