Demasiada ausencia dijo para sí,
tal parece que esta tarde nadie vendrá,
tal parece que tendré que quedarme,
como tantas veces,
mirando por la ventana como cae la lluvia
y lava la sangre de los suicidas,
tal parece que tendré que amarrarle de nuevo las manos
a la idea de charlar con alguien.
Afuera los carros se chocan,
las personas se muerden los pasos,
a los muertos los abandonó su propia sombra.
Posiblemente es mejor permanecer aquí.
Demasiada ausencia... dijo para si....
Apagó su cigarrillo
y apuró el último sorbo de café.
Para entonces el veneno había hecho efecto
y pasó, casi sin notarlo,
a ser un habitante más del submundo.
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