Era cuando pasaban todas esas fechas importantes y veía las cajas acorazonadas en la basura cuando se sentía más vacía incluso que las mismas.
Alcanzó a escuchar algún "te quiero" de su boca alguna vez, ya sabes, de esos desinflados de hechos. Cierto es también que no puede negar que alguna de esas veces le dio algo, pero nunca se esmero en el 'qué' ni en el 'cómo'. Nunca en hacerla feliz, como si regalar amor fuera como la maldita obligación de ir a clase y madrugar con 13 años (todo un coñazo que no entiendes ni porque debes hacerlo). Y era trás cada una de esas decepciones, cuando callada le miraba y se preguntaba si él sabría que dar lo que te sobra no es regalar, sino dar limosna.
(Y qué si no te sabe amar, mejor la soledad un San Valentín que la desilusión toda la vida).
No hay comentarios:
Publicar un comentario