Fiebre inmediata cuando 'sin querer queriendo' se miraban.
Sensación de querer comerse el mundo y sus bocas.
Y al rozarse un hormigueo insensánte en cada parte,
pues podían sentir un inmediato escalofrío cuando se palpaban (pelos como escarpias).
No les hacía falta buscar sus puntos débiles, ya se estaban derritiendo el uno por el otro.
Y ahí estaban, ante la mejor droga.
No entendían de ciencias, pero tampoco les hacía falta conocerlas para saber que había una buena disolución entre física y química.
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