Cuando el semáforo se pinte de esperanza,
avanzar pisando fuerte.
Y besarnos en mitad del paso de cebra,
y quedarnos a rayas mientras 18 segundos verdes
se hacen 2, como los que somos tú y yo.
Y sentir en un suspiro que el mundo se nos ha parado.
Y correr. Y sonreír.
Y agradecer la suerte de tenerte en ese preciso instante ante mí,
a ti y no a nadie más.
Es así como entiendo que poesía eres tú y tus besos
y no mis versos.
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