También así en Ortigueiras, parados tres, viendo una tormenta entre montañas. Tarareando canciones inventadas, jugando a construir cosas con palos y ramas. Llorando en cementerios ignotos. Cantando al olor del eucalipto que arde en el fuego que nos cobija. Danzando la alegría de existir. Rodeados de árboles inmensos.
He sido tan feliz bailando para otros. Observarles como a la luna o al fuego. Tocando sus caras con cariño. Sintiendo cada roce respetuoso y sutil recorrerme sin pretensiones. Buscando constelaciones en una mirada. Ayudándonos a recordar así que estamos vivos y que alguien nos ve. Que, si defino el amor con el corazón en la mente y la mente en el pecho, sabré admitir que se parece a todo eso.
{Pink Floyd - Shine on your crazy diamond}
No hay comentarios:
Publicar un comentario